Mazamitla es una pequeña población con vocación turística, lo que la lleva a recibir continuamente visitantes. Sin embargo, su infraestructura urbana y de servicios al turismo está en pleno desarrollo que, en ocasiones de fiesta, fin de semana largo o vacaciones, puede resultar insuficiente, sobre todo, si se quiere hospedar en algún hotel en especial o comer en un sitio específico, por lo que es recomendable reservar con suficiente tiempo.
Uno de los atractivos naturales de Mazamitla es su ubicación a la entrada de la Sierra del Tigre, en cuyas áreas boscosas hay un gran número de cabañas de madera, muchas de ellas con instalaciones ecológicas, que permiten disfrutar de los encantos de la sierra y complementan la oferta de hospedaje de este pueblo mágico.
Mazamitla, lugar de montañas, bosques, cascadas, manantiales, arroyos, ambiente rural, tiene entre sus principales atractivos: la ecléctica Parroquia de San Cristóbal, santo patrono de la población; el andador de la Calle Hidalgo, en el centro de la ciudad; la cascada de El Salto, a la que se puede llegar a caballo; el Parque Arroyo Encantado, con lugares de recreo y hospedaje; la antigua troje que, se dice, fue construida hace más de 400 años; los cerros de El Chacal y del Tigre con miradores sobre el valle; los bosques de la Zanja, las Charandas, las Peñitas, el Tabardillo, etcétera.
Para todos los recorridos por Mazamitla se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos; hay quien prefiere el uso de zapatos cerrados o botas, y quien prefiere para las visitas a áreas de naturaleza, el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.
Una de las características de Mazamitla es su amor y respeto por las tradiciones y las costumbres ancestrales, que se expresa en leyendas, artesanías o gastronomía. En las calles de Mazamitla se encuentran artesanos con sus obras de cantera, textiles, madera, pieles, palma u hojas de maíz; y en sus restaurantes se disfruta del bote, el jocoque, las gorditas, carnes en adobo, birria, barbacoa, o el mezcal.