A Izamal se le conoce como la ciudad de las tres culturas, pues es una armónica y rica fusión del México prehispánico, el colonial y el contemporáneo. Está muy cerca de la ciudad de Mérida y durante el mismo día se puede hacer una visita de ida y vuelta, o bien, combinarla con un recorrido por Chichén Itzá.
La zona arqueológica de Izamal está formada por una plazoleta ceremonial delimitada por cinco pirámides, cuatro uniformes y una mayor, la Gran Pirámide, en la que se encuentra el templo de Kinich Kak Moo, dedicado al dios Itzamná, rocío del cielo, que era la principal deidad de la ciudad y quien le dio nombre.
Desde lo alto de la Gran Pirámide no solamente se puede disfrutar de una espléndida vista de Izamal, sino también pueden apreciarse los sacbés, o caminos blancos, que los mayas construyeron hacia las ciudades cercanas de Kantunil y Aké.
El otro gran atractivo de Izamal es el inmenso conjunto conventual de San Antonio de Padua, con el templo de la Purísima Concepción, convertida aquí en la Virgen de Izamal. Cuenta con el atrio más grande de América Latina y el segundo mayor del mundo; las edificaciones combinan bellamente los estilos plateresco, morisco y neogótico; en el interior del templo está la imagen de la Virgen de Izamal. Fue construido sobre los vestigios de una plataforma prehispánica en el Pap-hol-chac.
Este impresionante conjunto conventual se ubica entre las calles 30 y 31. Los martes, jueves y sábados, por la noche, se presenta el espectáculo de luz y sonido La Luz de los Mayas.
Izamal también es llamada la Ciudad Amarilla porque la mayor parte de sus casas, edificios y monumentos, incluyendo el gigantesco templo de San Antonio de Padua, están pintados de color amarillo, que le dan una fisonomía dorada inigualable a la población. En 1993, el Papa Juan Pablo II visitó Izamal y esa decoración en amarillo y blanco se reafirmó, al ser los colores que identifican al Vaticano.
La prestigiada gastronomía de Yucatán puede disfrutarse a plenitud en Izamal. Desde los típicos mercados hasta los sofisticados restaurantes de Izamal ofrecen el delicioso toque mestizo de la cocina yucateca, en platillos como: el frijol con puerco, queso relleno, salbutes, papadzules, panuchos, pipianes, cochinita pibil, pimes, joroches, pucheros, tamales, yucas, dulces de calabaza, etc., acompañados de xtabentún, posol, balché, y demás.
Izamal también es una buena oportunidad para adquirir artesanías yucatecas. Desde los sombreros hasta las hamacas, de la alfarería a la talabartería, de la cerámica a la ebanistería, se pueden encontrar las principales expresiones de la artesanía yucateca, en una inmensa variedad y en todos los precios.
Además de pasear por la ciudad y disfrutar del conjunto conventual de San Antonio de Padua y la zona arqueológica, hay otros atractivos en Izamal, como el Centro Cultural y Artesanal, en una casona del Siglo XVI; y en las cercanías: en Motul, el convento de San Juan Bautista; en Temax, el convento de San Miguel Arcángel, o la zona arqueológica de Dzibilchaltún.
Por sus grandes tesoros históricos y culturales, Izamal tiene una clara vocación turística. Cuenta con una oferta suficiente de hospedaje y en todas las categorías. Se suele complementar con los servicios que ofrecen los centros turísticos cercanos y la propia ciudad de Mérida.
Hay hoteles con los servicios esenciales, así como pequeños centros ecoturísticos con cabañas y bungalows. Sin embargo, no son demasiados por lo que es recomendable reservar con anticipación el hospedaje, sobre todo si se quiere visitar Izamal en temporada vacacional o en algún puente o fin de semana largo.
Por su tamaño y encanto Izamal invita a recorrer sus empedradas calles a pie. Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra. Aunque hay estar preparados para los eventuales chubascos.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles adoquinadas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.