Aventura

La zona de la playa de Chachalacas es una de las favoritas de los aficionados al camping, la exploración y el senderismo. Se puede acampar frente al mar, sobre las extensas dunas; hay establecimientos que ofrecen servicios sanitarios, de aseo y alimentación a los campistas.

También en las dunas de las playas se pueden practicar el sandboard, motocross, ya sea individual o en grupos organizados. Las motos, cuatrimotos y jeeps suben y bajan, recorren las montañas de arena, mientras que voladores en parapente las sobrevuelan. 

Las aguas tranquilas y transparentes de la playa de Villa Rica son ideales para la natación, el buceo, el canotaje, los recorridos en lancha, el esquí acuático o la pesca deportiva y un gran número de actividades deportivas en contacto con la naturaleza.

Se distinguen, particularmente, las actividades submarinas en lugares como La Piedra, El Turrón, El Morrón, Los Muñecos o Punta Delgada, con aguas mansas entre arrecifes y farallones.

Muy cerca de Villa Rica hay un cañón de grandes dimensiones, formado por grandes rocas; es “Las Quebraditas”, desde donde se observa un panorama único de de la costa veracruzana.

Detrás de la Villa Rica está el Peñón de Quiahuixtlán, en cuyas faldas está un asentamiento prehispánico de gran importancia en la región. A este centro totonaco se puede llegar en prolongadas excursiones; el lugar también es conocido como el Cerro de los Metates.

La zona arqueológica de Zempoala, por su extensión, también ofrece oportunidad para largas caminatas entre los vestigios prehispánicos.

Arqueología

Cempola o Zempoala es uno de los centros arqueológicos más importantes de todo el estado. Es uno de los principales focos conocidos de la cultura totonaca; se ubica en un valle al pie de una verde montaña; su nombre hace clara referencia a los ríos y arroyos que bajan de esa montaña, pues hay quienes sugieren que quiere decir “veinte aguas” y otros “abundancia de agua”.

Era la ciudad más grande en la costa del Golfo de México, cuando llegaron los españoles. Esa grandeza puede percibirse todavía en las ruinas de sus plazas y fortificaciones, rodeadas de una vegetación que invade constantemente la zona. Sus construcciones fueron hechas con piedras de río y repelladas con cal, por lo que brillaban con la luz del sol y parecían de plata, como lo atestiguó Cortés en sus relaciones.

Las principales estructuras en este gran centro ceremonial político-religioso son: la Gran Pirámide o Templo del Sol, que es la construcción más espectacular del sitio, ubicado en una plazoleta frente al Templo Mayor, que en su parte superior está rodeado de almenas. El Templo de las chimeneas, que se llama así por una serie de pilares semicirculares: el Pimiento, el Palacio de Moctezuma, el Templo de la Cruz, el Templo de la Luna, el del Dios del Aire y Las Caritas, que tiene cientos de cráneos de estuco y que se cree que estuvo dedicado al Dios de la Muerte.

Hay muchos montículos más, aún sin excavar y que se pierden y confunden entre las calles y casas de la actual población de Zempoala, heredera de uno de los grandes imperios prehispánicos.

Quiahuixtlán es el otro centro totonaco importante en la región; con interesantes vestigios prehispánicos y exuberante naturaleza.