Real de Catorce es un lugar fascinante y enigmático. Durante gran parte de su historia fue un sitio inaccesible, en lo alto de la Sierra de Catorce, lo que le permitió mantenerse genuino y aislado, oculto y encerrado en sí mismo. Esto no hizo más que aumentar su leyenda.
Su nombre original fue Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos de Catorce, fundada en el Siglo XVIII, como resultado de una fiebre de plata provocada por el descubrimiento de sus ricas vetas. A pesar de encontrarse en un lugar de muy difícil acceso, llegó una gran cantidad de gambusinos y mineros que dio lugar a la creación del pueblo. A principios del Siglo XIX era el segundo productor mundial de plata. Las principales construcciones en Real de Catorce son de esta época de esplendor minero.
Algunas de las principales construcciones en Real de Catorce son: la Plaza de Toros, de cantera rosa y con una espléndida vista de la cañada y el valle; el Palenque de Gallos, con forma de anfiteatro romano; la Capilla de Guadalupe, sencilla y con su imponente panteón anexo; el Jardín Hidalgo, con su verdor y sereno encanto; la Plaza Principal, plácida y rodeada de añosos edificios públicos; el Museo Parroquial, que narra la historia de la población; la Casa de Moneda, que es un centro cultural; o la iglesia de la Purísima Concepción, con la milagrosa imagen de San Francisco.
La imagen de San Francisco tiene una historia singular. Es una imagen de madera, articulada, por lo que a veces se le encuentra de pie, a veces sentado e, incluso, acostado. Tiene una corona de latón que parece un sombrero, por lo que se le conoce como el Santo Charrito o Panchito. Dicen que es una imagen milagrosa, tan popular y querida que es motivo de peregrinaciones de todo el estado, el resto de la república y de los Estados Unidos. Cuando las vetas de plata disminuyeron, Real de Catorce estuvo a punto de ser totalmente abandonado. Panchito lo salvó gracias a las constantes peregrinaciones que llevaban a miles de visitantes hasta el pueblo casi fantasma. Otro de sus milagros.
Una de las principales actividades en Real de Catorce es recorrer, sin prisas, las calles de la pequeña ciudad. Son paseos relajantes que parecen suspendidos en el tiempo, por barrios como Charquillas o Las Tuzas. Estos recorridos se pueden prolongar hasta el cerro del Quemado, espacio sagrado de los huicholes, en paseos de gran belleza.
Hoy, Real de Catorce es un pueblo mágico con una clara vocación turística. La oferta de hospedaje no es muy extensa, mas es suficiente y en todas las categorías. Aunque existen todos los servicios básicos para garantizar una cómoda estancia, no hay una extensa variedad de productos o servicios, ni sofisticación en ellos. A cambio, se tiene la naturalidad y sencillez de un pueblo pequeño, la calidez de los lugareños, el ambiente de la población y la impresionante belleza del entorno natural.
Hay hoteles con los servicios esenciales, así como pequeños centros ecoturísticos con cabañas y bungalows. Sin embargo, no son demasiados por lo que es recomendable reservar con anticipación suficiente el hospedaje, sobre todo si se quiere visitar Real de Catorce en temporada vacacional o en algún puente o fin de semana largo.
Por su tamaño y encanto Real de Catorce invita a recorrerlo a pie. Para los paseos por las calles de piedra y las añejas casonas se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra. El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos paseos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.
Real de Catorce es un destino turístico al alcance de todos los presupuestos. Aunque la oferta de hospedaje y alimentación no es muy extensa, sí la hay variada en tarifas y precios; además de que los restaurantes son especialistas en la cocina regional. Es un pueblo mágico económicamente accesible.
El Túnel de Ogarrio, es un túnel de más de dos kilómetros de longitud, que conecta a Real de Catorce con el mundo exterior. Inaugurado por el presidente Porfirio Díaz fue la última gran obra en la población antes de que comenzara su decadencia por el agotamiento de las vetas mineras. Para muchos de los visitantes, recorrer el túnel es casi un paso iniciático.
En la segunda mitad del Siglo XX, Real de Catorce era un pueblo casi fantasma, salvado sólo por las peregrinaciones. Sin embargo, uno de los frutos de su tierra atrajo a un gran número de visitantes: el peyote. El hikuri, o peyote, es considerado un alimento sagrado por los huicholes, quienes lo consumen en sus ricos rituales. Un enorme número de visitantes comenzó a llegar a Real de Catorce para conocer esos rituales y consumir el peyote, atraídos por sus efectos alucinógenos.
Las actividades en Real de Catorce se dividen en dos grandes áreas: las del pueblo y las de las montañas. En el bajío de la sierra de Catorce, lo que se conoce como el desierto, está la reserva natural de Wirikuta, tierra sagrada de los wixarrica, etnia de los huicholes, custodia del peyote. Al pie del cerro del Quemado se encuentra esta reserva natural; está a una hora de distancia a pie de Real de Catorce por caminos de gran belleza.
Durante las visitas a estos lugares hay que observar las recomendaciones de preservación y seguridad que han sido establecidas. En la población y la reserva existen guías, prestadores de servicios turísticos, rutas de reconocimiento, etc. para conocer y admirar la riqueza natural y cultural que distingue a Real de Catorce.
Todos los fines de semana, en Real de Catorce se instalan tianguis y mercadillos populares, en los que grupos indígenas de toda la región llegan a ofrecer sus productos y artesanías a los turistas. Es una gran ocasión para adquirir hermosas obras artesanales a buenos precios.