Xicotepec es una población con el encanto de las cosas sencillas. En ella tanto el tiempo como los espacios adquieren otro ritmo y dimensiones; se hacen más cómodos y disfrutables. Tiene la gracia siempre fresca de los pueblos de montaña, que se despiertan con la cobija de la niebla para disfrutar de un día de ambiente tranquilo y acogedor; casas blancas de piedra caliza y techos de lámina o teja, calles limpias y rectas, plazas serenas y un fondo verde, que invita a trepar las cumbres o, simplemente, tomarse un café a la sombra.
Por sus dimensiones y encanto invita a recorrerlo a pie. Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra, aunque hay estar preparados para los eventuales chubascos.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.
Los atractivos principales de Xicotepec son tanto naturales, como históricos y tradicionales. Algunos de los más visitados son: la Casa Carranza, en donde le hizo la autopsia a Don Venustiano Carranza, después de su muerte en la cercana Tlaxcalaltongo; es prácticamente un museo dedicado a la memoria del presidente asesinado; la parroquia de San Juan Bautista, antes la iglesia del Calvario, que evoca a la catedral de Notre Dame, en París; y, por supuesto, el centro que gira alrededor del jardín central, con su kiosco añoso y gran multitud de flores plantadas por los lugareños y árboles y matorrales recortados de curiosas formas. Es costumbre tomarse un delicioso café, viendo el pasar de la gente y el tiempo.
Enclavada en pleno centro de Xicopetec está la zona arqueológica de la Xochipila. Fue un importante centro ceremonial, surgido en torno a una piedra colosal, de más de 13 toneladas. Desde los tiempos prehispánicos, grupos indígenas acuden a la Xochipila a realizar rituales de purificación. Por su importancia ha sido designado Patrimonio Cultural del Estado.
En los alrededores hay que visitar la Garganta del Diablo, espectacular despeñadero sobre el río Necaxa; o los manantiales para admirar y nadar en la Rivera, la Poza de los Caballos, El Tarro, la Buena Vista, los Pescaditos y los Lavaderos.
Los sábados y domingos son los días de tianguis en Xicotepec. En los fines de semana, llegan a la ciudad los productores y artesanos de los pueblos cercanos a ofrecer sus mercancías y es una buena oportunidad para conseguir sus productos y artesanías a muy buenos precios.
La infraestructura turística está en pleno desarrollo, con una vocación ecológica y con la intención de mantener su carácter rural, de antiguo pueblo minero. La oferta de hospedaje y los establecimientos de alimentos utilizan materiales naturales en su construcción y sus prácticas son de respeto al medio ambiente.
Hay hoteles con los servicios esenciales, así como pequeños centros ecoturísticos con cabañas y bungalows. Sin embargo, no son demasiados por lo que es recomendable reservar con anticipación el hospedaje, sobre todo si se quiere visitar Huasca en temporada vacacional o en algún puente o fin de semana largo.
Aunque existen todos los servicios básicos para garantizar una cómoda estancia, no hay una extensa variedad de productos o servicios, ni sofisticación en ellos. A cambio, se tiene la naturalidad y sencillez de un pueblo pequeño, la calidez de los lugareños y la impresionante belleza del entorno natural.
En Xochitepec son típicas las artesanías realizadas en base a los granos del café. En la región no únicamente se cosecha y procesa uno de los mejores cafés del país, sino que también sus granos son aprovechados para realizar bellas piezas de bisutería e incluso objetos de adorno.