Gastronomía

La gastronomía es una de las grandes maravillas de Puebla. La cocina poblana es una de las mejores de México y tiene una bien ganada fama internacional, que le ha valido ser designada como Patrimonio Cultural Inmaterial.

Son innumerables los platillos surgidos de la imaginación y el talento de las amas de casa y chefs de Puebla que, no solamente respetan los usos tradicionales, sino que innovan constantemente, enriqueciendo día con día las mesas poblanas. Tamales, molotes, quesadillas, chalupas, carnitas, mixtotes, el mole de caderas, los gusanos de maguey, los camotes, los dulces, los borrachitos, las galletas de yema, son algunos de los platillos y postres tradicionales de Puebla; sin embargo, son tres los grandes favoritos: el mole poblano, los chiles en nogada y las cemitas. Y los tres tienen sabrosas leyendas en su origen:

Del mole poblano, aunque hay muchos versiones, la más aceptada es la que cuenta que en el Siglo XVI las monjas del convento de Santa Rosa recibieron la noticia de una visita inesperada del obispo, y no tenían nada que ofrecerle para comer; sólo tenían algunas sobras en la cocina, chiles y especies en la despensa y un viejo guajolote en el patio. Con las especies y chiles, de más de diez tipos distintos hicieron una salsa, que espesaron a fuego lento, agregándole un poco de pan y una barra de chocolate que eran los sobrantes que tenían; la salsa hirvió durante horas y la sirvieron sobre la carne del pobre pavo. Lo que resultó fue una delicia; ni el obispo ni ellas lo podían creer, como tampoco nadie que lo prueba.

De los chiles en nogada se cuenta que tres hermanas poblanas se enamoraron de tres capitanes del Ejército Trigarante de Agustín de Iturbide y cuando se enteraron que llegarían a Puebla, su madre las mandó al convento de Santa Mónica a aprender a cocinar para ofrecerles una gran comida; pensaron en algo que los enamorara desde antes de probarlo: Cuando Don Agustín y sus generales llegaron, encontraron en su mesa un sofisticado platillo con los colores de su bandera: el verde, del chile poblano; el blanco, de la salsa de nuez, y el rojo, de las semillas de granada. Y, lo mejor: un exquisito sabor, dulce y salado, como nunca habían probado. No sabe qué pasó con las hermanas y los capitanes, pero los chiles en nogada se convirtieron en uno de los prodigios culinarios de México.

De las cemitas se dice que la esposa de un pobre campesino, que se iba a trabajar por los rumbos de Atlixco, no tenía que darle para que se llevara a comer en el campo y se le ocurrió abrir una cemita y ponerle todo lo que iba encontrando en su humilde cocina: papas, frijoles, nopales. A su marido le encantó, se lo preparó diariamente y luego lo tuvo que hacer para los otros campesinos que lo habían probado y también lo querían; se hizo famoso el bocadillo, que no tenía nombre y se le quedó el del pan con que estaba hecho: la cemita. Es una especie de torta, grande, que ahora tiene todo tipo de relleno; lo que no cambia es el pan, la cemita, de origen francés.

Eso dicen del origen de esos tres platillos poblanos, pero la realidad, es que son tres delicias que hay que probar en cada visita a Puebla. Precisamente para preservar y enriquecer el valor de ésos y otros platillos típicos de Puebla, se creó el Mercado de los Sabores Poblanos, que es un mercado de comida tradicional poblana, con más de 130 locales, al estilo de los centros de comida rápida. Este mercado se encuentra en la esquina de las calles 4 Poniente y 11 Norte y es una buena alternativa de cocina típicamente poblana.       

Cultural, Arte, Tradiciones y Folklore

La ciudad de Puebla es una fuente inagotable de historias, leyendas y tradiciones, que se plasman artísticamente en sus calles y plazas, edificios y monumento, iglesias y bibliotecas, museos y mercados. Precisamente por esta riqueza, su Centro Histórico ha sido catalogado como Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco; tan sólo en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla hay más de setenta iglesias consideradas monumentos históricos y artísticos.

Algunos de los lugares más notables en Puebla son: la Catedral de Puebla, de estilo neoclásico y la más grande de América Latina, cuyos interiores son un auténtico museo; el Zócalo, bellamente arbolado y rodeado de extraordinarios edificios como el Palacio Municipal, la Casa de los Muñecos y la propia catedral; la iglesia de Santo Domingo, con su maravillosa Capilla del Rosario, milagro barroco, la octava maravilla del mundo, casi completamente cubierta de oro; el templo de San Francisco, con el Centro de Convenciones sabiamente adosado; el Templo del Calvario y sus siete capillas diferentes; la Parroquia de Santa Anita, con su imagen de El Señor de la Salud; el Centro Cultural Santa Rosa, en lo que fue el convento; la Casa del Alfeñique, con su elaborada fachada; los fuertes de Loreto y Guadalupe, con sus museos de sitio; la Casa del Déan y sus notables frescos; la Biblioteca Palafoxiana, primera en América y parte de la Memoria del Mundo; el Mercado de Analco, el de la Victoria y muchos sitios más.

Mención aparte merecen sus museos, como: el Museo Amparo, con su sorprendente adaptación en El Hospitalito; el Museo de la Revolución en la casa de Aquiles Serdán; el Museo de Arte Virreinal, en el templo de San Pedro; el Museo Bello, en la casa de la familia Bello; el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, en la antigua estación de ferrocarriles; el Museo de la No Intervención, en la capilla del Siglo XVI del Fuerte de Loreto, y los otros cuatro museos que forman el Centro Cívico y Cultural del 5 de mayo, etcétera.  

La ciudad de Puebla, con sus más de dos mil 600 edificios de valor histórico y artístico, es el segundo conjunto urbano con más monumentos y edificios valiosos de toda América, sólo después de Cuzco, en Perú. Y, más allá de ellos es una ciudad viva y dinámica, que tiene una gran actividad, desde el antiguo barrio de Analco hasta el moderno de la Angelópolis, pasando por el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, la Estrella de Puebla, el Parque Lineal, el Lago de la Concordia, entre muchos más.  Una ciudad para conocer y disfrutar.

Como capital del estado, la ciudad de Puebla es un gran mosaico, en el que se pueden encontrar artesanías de toda la región. En los mercados, tiendas y calles de Puebla se pueden conseguir los maravillosos bordados de Naupan, el papel amate de Pahuatlán, las esferas de Chignahuapan, la orfebrería en plata de Amozóc, el ónix de Tecali, los tapetes de lana de Hueyapan, etcétera.