Taxco es mundialmente conocido por su plata; es el centro minero más antiguo de América y uno de los más ricos en la historia. El trabajo de la plata es característico de la población y se pueden encontrar muestras a cada paso, en lujosas platerías o en sencillos puestos callejeros, en grandes piezas de orfebrería o en pequeñas joyas. En cada rincón se corrobora que Taxco sigue conservando su vocación por la plata.
La gran variedad de objetos de plata y su calidad permite que en Taxco se encuentren piezas y alhajas para todos los presupuestos. Se recomienda dedicar tiempo para hacer una buena selección y para regatear en los precios, que suele ser una costumbre.
Estar rodeado de cerros y montañas permite que Taxco, como otras ciudades serranas y mineras, pueda ser apreciado desde las alturas. Para ello, hay varios miradores en torno a la ciudad con hermosas vistas, algunos de los cuales cuentan con todos los servicios para descansar y tomar alimentos. También en las alturas hay hoteles con vistas sorprendentes.
Si se trata de conocer a Taxco desde las alturas, quizá lo mejor sea hacer el recorrido panorámico en el teleférico que cruza los aires de la ciudad a una altura de más de 170 metros. Ofrece una visión espectacular de Taxco y su entorno.
En Taxco se come muy bien. La gastronomía es otro de los atractivos de esta hermosa ciudad; se pueden encontrar desde restaurantes con menú internacional hasta los que se especializan en cocina mexicana y regional. La oferta es muy amplia, no solamente en la variedad de los platillos sino también en sus precios y categorías.
Uno de los platillos más característicos de la región son los jumiles, pequeños insectos que se comen en tacos y pueden ser preparados de diferentes formas. Para quienes gustan de la comida exótica, los jumiles son una agradable sorpresa y Taxco, uno de los mejores lugares para saborearlos, y recordar el pasado prehispánico.
Precisamente de los tiempos prehispánicos le viene el nombre a la ciudad. Taxco significa “el lugar del juego de pelota” y fue habitado por matlazincas, tlahuicas y chontales. Su nombre oficial hoy es Taxco de Alarcón en homenaje a Juan Ruiz de Alarcón, nacido aquí en el Siglo XVI.
A pesar de ser una ciudad pequeña, Taxco alberga un gran número de monumentos notables, iglesias, edificios y casonas señoriales. Sin embargo, la construcción más célebre de Taxco es el templo de Santa Prisca, joya de la arquitectura barroca novohispana. Fue construido en el Siglo XVIII por encargo del rico minero español José de la Borda. Es una visita obligada en cualquier llegada a Taxco.
Taxco es un sitio fascinante, que requiere de tiempo para su apreciación. Por su extensión y la gran cantidad de edificios y lugares interesantes, los recorridos suelen ser extensos, así es que es conveniente dedicarle el tiempo necesario, y más si se quieren hacer compras de orfebrería y otras artesanías.
Hay una gran cantidad de guías y materiales impresos que son auxiliares útiles en la visita; sin embargo, si se quiere un uso más eficiente del tiempo, sería recomendable tomar el servicio de los guías turísticos autorizados en el sitio quienes, además, pueden acompañar la visita con información en inglés o francés.
Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera (se acostumbra en colores claros) y sombrero o gorra, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.