El Mineral de Pozos tiene muchos atractivos y está rodeado de bellezas naturales, pese a lo cual el turismo apenas comienza a desarrollarse con impulso constante. Hasta ahora, la mayor parte de los visitantes a Pozos llegan procedentes de otros sitios más conocidos como San Miguel de Allende y Dolores Hidalgo. Los servicios turísticos son suficientes para su actual demanda y están en pleno desarrollo para satisfacer las visitas futuras.
En el pueblo de Pozos actualmente hay una limitada oferta de hospedaje, con hoteles con servicios suficientes, y también hay posadas y casas de huéspedes. Todas cuentan con los servicios básicos y, la mayor parte se localizan en el centro de la ciudad.
Para todos los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra, además de bloqueador solar y protector contra mosquitos, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos; hay quien prefiere el uso de zapatos cerrados o botas, y quien prefiere para las visitas a áreas de naturaleza, el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las principales atracciones del Mineral de Pozos son: la Parroquia de San Pedro, con su cúpula blanca y cúpulas rosadas; la Plaza Zaragoza, con sus puestos de artesanos y vendedores de instrumentos musicales prehispánicos; el Jardín Juárez, con su kiosco, andadores y galería de arte; la Plaza del Minero, con el templo inconcluso del Señor de los Trabajos, santo patrono de Pozos; la Hacienda de Santa Brígida, con sus rastros del esplendor minero; la exhacienda de los Cinco Señores, la exhacienda de El Triángulo o la antigua Escuela Modelo.
Sin embargo, más allá de los edificios y construcciones, el atractivo fundamental del Mineral de Pozos es su ambiente. Una atmósfera misteriosa, callada y enigmática, con calles de piedra, casonas inconclusas, arcos abandonados, etc. Es un lugar único por ese inconfundible ambiente.