Valle de Bravo combina el encanto de una pequeña población con las comodidades una ciudad. El gran número de personas que lo han elegido para construir casas de campo, así como el creciente turismo de alto nivel han influido en la mejora y variedad de sus servicios.
Aunque conserva su ambiente de provincia, Valle de Bravo cuenta con una gran variedad de productos y servicios. Además de su amplia oferta hotelera y restaurantera, hay clubes, tiendas, almacenes, farmacias, mercados, con todo lo necesario para una estancia placentera.
Su oferta gastronómica es muy amplia, pues va desde la comida mexicana y regional hasta cocina internacional, de fusión y establecimientos gourmets. La comida se cuenta entre los atractivos de Valle de Bravo, tanto para los visitantes como para residentes, en sus hoteles, clubes, restaurantes, algunos de ellos flotantes.
En Valle de Bravo se puede dedicar el tiempo tanto al reposo como a las actividades de alto riesgo. Esta combinación lo hace atrayente para visitantes de todas las edades.
Además del encanto y ambiente de la población, su principal atractivo es la presa, lago o laguna, que le da belleza y armonía al paisaje y es la sede de una gran número de actividades deportivas, como regatas de veleros, esquí acuático y la pesca.
El valle está entre cerros y elevaciones que permiten la práctica del senderismo, la equitación, el ciclismo de montaña, el motociclismo campo traviesa, con sus especialidades de motocross, enduro y cuatrimotos; también es un centro de atracción para quienes practican el vuelo en parapentes o alas delta, como hanglider y paraglider.
Se recomienda que todas las actividades deportivas, tanto en el lago como en la montaña, sean guiadas y conducidas por los especialistas acreditados, pues son motivo de riesgo y han sido ocasión de graves accidentes.
Para la práctica de las actividades deportivas también se recomienda reservar con anticipación, ya sea con los guías o los prestadores de servicios autorizados, sobre todo, si se piensan realizar en fin de semana, ya que por su alta demanda suelen saturarse.
La riqueza natural de la región y su ambiente han inspirado la creación de diversos centros de carácter espiritual. Hay casas de retiro, centros de meditación, templos; se pueden encontrar desde iglesias católicas hasta stupas budistas, en ambientes que propician la meditación y el recogimiento.
Valle de Bravo es un buen lugar para adquirir obras de arte y artesanías de calidad; existen desde mercados en los que los artesanos ofertan directamente sus productos hasta sofisticadas galerías de arte, con obras de artistas reconocidos.
La gran variedad de objetos de arte y artesanías, y su calidad, permite que en Valle se encuentren obras y piezas para todos los presupuestos. Se recomienda dedicar tiempo para hacer una buena selección y para regatear en los precios, que suele ser una costumbre.
Las principales artesanías son trabajos en madera, bordados en telas de lana, cerámica de alta temperatura, loza de barro vidriado, talabartería, o el trabajo en el barro café.
Valle de Bravo tiene una intensa vida nocturna. La población y los clubes de los alrededores son inundados por restaurantes, bares, antros, con música en vivo o grabada. Parte del atractivo de Valle se lo dan estos sitios, ideales para todos aquéllos que gustan de la carrera larga.
Valle de Bravo es un sitio encantador y relajante, al que no hay que llegar con prisas, pues requiere de tiempo para su apreciación. Por su extensión y la gran cantidad de actividades que se pueden realizar, los recorridos suelen ser extensos, así es que es conveniente dedicarle el tiempo necesario para conocerlo.
Hay una gran cantidad de guías y materiales impresos que son auxiliares útiles en la visita; no es necesario el servicio de los guías turísticos autorizados, a menos de que se requiera por alguna causa específica, como el idioma.
Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares. Aunque hay estar preparados para los eventuales chubascos.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.