# Arqueológico

El Estado de México es uno de los estados de la República Mexicana que tiene un mayor número de zonas arqueológicas abiertas al público. Joyas del pasado que nos permiten conocernos mejor y mostrar al mundo la grandeza del ayer prehispánico. Entre todas ellas destaca Teotihuacán, la llamada ciudad de los dioses.
Teotihuacán es el centro arqueológico por excelencia en la República Mexicana. Es el sitio arqueológico más visitado en el país, tanto por los mexicanos como por turistas de todo el mundo que llegan atraídos por esta ciudad de piedra y sus pirámides.
Sobre esta gran ciudad prehispánica son todavía más las incógnitas que las certezas. No se sabe con precisión su origen, como tampoco los porqués de su decadencia, aunque se presumen cambios climáticos, luchas internas, conflictos militares, políticos y religiosos. Lo que se sabe es que su apogeo duró más de quinientos años, mucho antes de que los aztecas impusieran su ley en el valle de Anáhuac; y principalmente, se sabe, que fue un pueblo de un gran refinamiento científico, artístico y cultural, porque su ciudad así lo atestigua.
Teotihuacán llegó a tener más de cien mil habitantes y se extendió por más de veinte kilómetros cuadrados, de los cuales hoy se pueden visitar más de dos, con construcciones que nos hablan de su sensibilidad y poderío.
La principal zona de monumentos se levanta en torno a la inmensa Calzada de los Muertos que es una vía de más de dos kilómetros, que se abre en la plaza frente a la Pirámide de la Luna y se dirige hacia el sur, pasando frente a la Pirámide del Sol, la segunda pirámide más grande de América, sólo detrás de la pirámide de Cholula.
Las pirámides del Sol y la Luna, la Ciudadela, el Templo de Quetzalcóatl y el Templo de los Animales Mitológicos constituyen el núcleo del gran centro ceremonial; en torno a ellos están los complejos residenciales de los sacerdotes y guerreros, entre los que destacan el Palacio del Quetzalpapálotl, el de Yayahuala o el de Tetitla, entre otros. Después vienen los barrios habitacionales del resto de la población, notables por su distribución, armonía y urbanismo.
Teotihuacán asombra no sólo por su cosmogonía, sino por la grandeza de la ciudad, presente desde la concepción y fuerza de sus edificios, la inteligencia de sus obras de ingeniería o por el talento artístico patente en sus murales y esculturas.
Por todo ello, es orgullo de México, uno de los principales polos turísticos de América y Patrimonio de la Humanidad.