Comala es mundialmente conocido por el libro Pedro Páramo, de Juan Rulfo, en donde ubica todo el relato. Sin embargo, aunque esta población, y sobre todo su nombre inspiraron a Rulfo, poco hay en común entre el desolado pueblo de la novela y la risueña realidad.
Es una población pintoresca, que guarda celosamente sus señas de identidad y su ambiente y costumbres de comunidad pequeña, a pesar de estar tan cerca de la ciudad de Colima que la acosa con su crecimiento constante.
El sitio más conocido de Comala son los portales. Bajo sus arcos la población se ha reunido desde siempre, pero ahora han adquirido un carácter más turístico con la apertura de restaurantes, bares, cafés que recuperan el tradicional lugar de reunión y lo han hecho más moderno.
Los portales están en el corazón de la ciudad: la plaza principal. Además de los portales, en torno al jardín se encuentra el Palacio Municipal, la iglesia de San Miguel del Espíritu Santo, la Casa de Cultura Comala y el Museo Alberto Isaac, entre otras interesantes construcciones.
Un lugar de gran importancia e interés para los visitantes es la Hacienda Nogueras, hoy convertida en un centro cultural. Es una hermosa hacienda cañera, del Siglo XVII, de la que se conservan su bella capilla y una impresionante chimenea. En su interior se encuentra el museo dedicado al artista colimense Alejandro Rangel Hidalgo, además de salas de exposición, salones, etcétera.
Algunos otros sitios de gran interés tienen un motivo artístico y cultural, como el Jardín Escultórico Juan Soriano, con una importante colección nacional e internacional; el Museo Comunitario La Caja, sobre la vocación agrícola de Comala; o el Museo de Sitio El Remate, ubicado en la primera planta hidroeléctrica del estado, en la cañada del mismo nombre. Son lugares que, además de su interés cultural tienen un ambiente entrañable que los hace inconfundibles.
En las cercanías de Comala hay otros dos importantes museos. El Museo Comunitario de Suchitlán, que recoge la cultura popular, artesanías y tradiciones de la región; y el Centro Cultural Zacualpan, enfocado en la historia de los pueblos indígenas de la región.
En Comala se come muy bien. La gastronomía es otro de los atractivos de esta hermosa ciudad; se pueden encontrar desde restaurantes con menú internacional hasta los que se especializan en cocina mexicana y regional. La oferta es muy amplia, no solamente en la variedad de los platillos sino también en sus precios y categorías.
Comala es un sitio fascinante, que requiere de tiempo para su apreciación. Por su extensión y la gran cantidad de lugares interesantes, los recorridos suelen ser extensos, así es que es conveniente dedicarle el tiempo necesario, y más si se quieren hacer compras de artesanías.
Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera (se acostumbra en colores claros) y sombrero o gorra, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.