El principal atractivo turístico de Cuatrociénegas es su reserva de la biosfera. Hace millones de años, el Valle de Cuatrociénegas era un mar interior, entre formaciones montañosas cuya altitud rebasa los tres mil metros; al paso del tiempo el mar se desecó, pero sus condiciones geográficas crearon un ecosistema único en el que viven más de setenta especies endémicas.
En el subsuelo de toda la región hay todavía mucha agua que ha dado lugar a una red de ríos subterráneos, pozas, manantiales, lagos y ciénegas. Este sistema acuífero natural puede admirarse en varios lugares de la zona; algunos son zonas protegidas, pero otros tienen libre acceso para la práctica de actividades turísticas y recreativas.
Uno de los grandes atractivos de Cuatrociénegas para los turistas son sus balnearios naturales, ya sea en estanques, pequeñas lagunas o pozas. Los principales son: Los Mezquites, El Entronque, El Hundido, en la Sierra de la Campana; el parque ecoturístico La Ilusión, o las pozas Churince, de la Becerra, el Nogalito, o la Poza Azul, que es área protegida y en la que no se puede nadar.
En todos los balnearios, pozas o estanques hay prestadores de servicios turísticos que ofrecen la asesoría y los equipos necesarios para disfrutar de la natación, el buceo, la pesca, etc., en general todas las diferentes actividades que se pueden realizar en las templadas aguas de la región.
Cuatrociénegas es uno de los destinos de México en los que se puede practicar el turismo cinegético. En varios parajes de la región se pueden cazar venados y osos. Hay que observar tanto las reglamentaciones como las temporadas de caza autorizadas.
En el Cerro del Muerto, llamado así porque parece en gigantesco cadáver tendido en el horizonte, se puede practicar el senderismo, el ráppel, el avistamiento de especies, el campismo, etc. Mientras que en las peñas de Nuevo Atalaya hay cuevas con pinturas rupestres.
Durante mucho tiempo, no fue fácil llegar a Cuatriciénegas. Esto permitió que se mantuviera como un pequeño pueblo, que ha mantenido sus características originales, tradiciones y costumbres, lo que aumenta su atractivo para los visitantes.
Aunque existen todos los servicios básicos para garantizar una cómoda estancia no hay una extensa variedad de productos o servicios, ni sofisticación en ellos. A cambio, se tiene la naturalidad y sencillez de un pueblo pequeño, la calidez de los lugareños y la impresionante belleza del entorno natural.
Muchos de los visitantes de Cuatrociénegas acampan en los alrededores de la reserva de la biosfera, en donde se cuenta con los servicios necesarios para hacerlo, así como en las áreas para recibir cámpers y casas rodantes.
Dentro de la ciudad de Cuatrociénegas se encuentran el Museo Casa de Carranza, lugar en el que nació el héroe revolucionario; la Parroquia de San José, de bella sencillez y algunas haciendas y bodegas vinícolas que se pueden conocer en interesantes visitas guiadas.
Por su tamaño y encanto Cuatrociénegas invita a recorrerlo a pie. Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y sombrero o gorra, gafas oscuras, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias, huaraches, o bien, hacerlo descalzos.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos, aunque dentro de la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.
Hay hoteles con los servicios básicos, así como pequeños centros ecoturísticos con cabañas y bungalows. Sin embargo, no son demasiados por lo que es recomendable reservar con anticipación el hospedaje, sobre todo si se quiere visitar Cuatrociénegas en temporada vacacional o en algún puente o fin de semana largo.