Por Jonathan Moreno

Siempre me ha gustado esa sensación de aventarme al agua, me encanta vivir esas pequeñas fracciones de segundo cuando estas consiente que ya no estás en la lancha y no puedes dar vuelta atrás, es una mezcla de vulnerabilidad con libertad. Sobe todo cuando se hace en un lugar como Cozumel, la verdad nunca me imaginé me imagine que encontraría un lugar como El Cielo, un paraíso repleto de estrellas de mar que me hizo sentir como niño otra vez.

También exploramos el segundo arrecife más grande del mundo, no hay nada más impactante que nadar junto a manta rayas, tortugas y cientos de peces de colores en su ambiente natural. La playa la puedes visitar muchas veces en la vida pero la oportunidad de snorkelear en un lugar así se da en contadas ocasiones, sin dudarlo es uno de los mejores recuerdos que tengo del caribe mexicano.