Si se visita Tula en automóvil hay que tomar en cuenta que en el centro de la pequeña ciudad funciona un sistema de parquímetros, a los que hay que estar atento. Sin embargo, los fines de semana, este sistema no está en funcionamiento.
El horario de visita a la zona arqueológica es de nueve de la mañana a cuatro y media de la tarde. Casi todo el tiempo de visita es bajo el rayo del sol y en toda la zona hay pocos lugares a la sombra, por lo que es recomendable llevar sombrero o gorra.
Para la visita a la zona arqueológica se recomienda el acompañamiento de un guía acreditado, para recorrerla con un mayor provecho informativo. Las visitas guiadas se ofrecen en varios idiomas y se pueden contratar a la entrada de la zona o bien en el museo anexo.
A un costado de la zona arqueológica de Tula se encuentra el Museo Jorge R. Acosta al que vale la pena visitar porque ofrece una visión completa de la cultura tolteca, en lo religioso, social y político, que la ubica en su justo valor e importancia en el mundo prehispánico. Tiene valiosos objetos e interesantes planos que permiten un mejor conocimiento de la zona arqueológica.
Hay muchos establecimientos para comer. Desde los que ofrecen cocina internacional hasta los especializados en la gastronomía regional. Son típicos los platillos hidalguenses como la barbacoa, los mixiotes, los tamales de carne, las gorditas, los nopales con huevo y, por supuesto, los elaborados a base de pequeños insectos, como los escamoles, los gusanos de maguey o los huevos de hormiga.
El principal atractivo turístico en Tula es la visita a los Atlantes, pero no es lo único qué hacer en Tula. Hay un andador turístico que une la zona arqueológica con el centro de la ciudad por medio de un puente colgante que, en sí mismo, se ha convertido en otra atracción.
La Sala Histórica Quetzalcóatl es un museo en el centro de la ciudad, que expone objetos, cerámicas, esculturas toltecas y, mediante fotografías, mapas, planos, cédulas, explica la evolución histórica del pueblo tolteca y de toda la región. La entrada es gratuita.
También en el centro de la ciudad están la parroquia y el exconvento de San José, del Siglo XVI, con una notable arquería, claustro de dos niveles y pinturas al fresco. En el altar mayor de la catedral de San José hay un mural muy visitado, conocido como popularmente como Jesús; en el teatro al aire libre, otro mural titulado Tula eterna y en la Cámara de Comercio, un tercer mural, llamado Tianguis Mamehni.
Para Tula el turismo es esencial. Por ello se ha creado un cuerpo especial de policías que se trasladan en bicicleta quienes, además de vigilar la ciudad, apoyan informativamente a los turistas. El objetivo es mantener a Tula como una ciudad tranquila, en buenas condiciones y atractiva para los visitantes.
Un paseo interesante en Tula es al cerro conocido como La Malinche, en el que hay unos grabados realizados en la roca, que representan a Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl horadándose una oreja, y un glifo con el año 1-Caña, en el que nació el dios.
Además de las artesanías propias de esta región de Hidalgo, como el bordado, la cestería, la cerámica, etc. se elaboran réplicas de piezas prehispánicas en piedra, barro, mármol, arcilla, cera, plástico. Hay para todos los gustos.
La mayor parte de los atractivos turísticos de Tula se encuentran comprendidos en un perímetro pequeño de la ciudad, por lo que invita a recorrerlo a pie.
Para los recorridos se recomienda portar ropa fresca y ligera y, como queda dicho, sombrero o gorra, además de bloqueador solar, pues gran parte de los trayectos son en plena exposición a los rayos solares.
El calzado deberá ser siempre cómodo pues los trayectos son extensos y las calles empedradas; en el caso de recorrido por la zona urbana es preferible el uso de zapatos cerrados, y para las visitas a los alrededores y áreas de naturaleza, se prefiere el calzado abierto, sandalias o huaraches.
Las botellas con agua serán una buena compañía en estos recorridos; algunas personas prefieren evitar consumir agua de la zona por temor a que esté contaminada por los residuos de la refinería cercana. Dentro de la zona arqueológica y la zona urbana hay un gran número de tiendas y expendios que ofrecen diversos servicios, agua, alimentos, artesanías, materiales turísticos, etcétera.