Descanso (Sol y Playa, Familiar y Fraterno)
San Felipe, a 180 kilómetros de Mexicali, vive entre el mar y el desierto; es una pequeña comunidad de historia pesquera y portuaria que hoy encuentra en el turismo un brillante futuro. Sus muchos atractivos naturales y culturales así lo presagian.
Es la playa más cercana a la capital de Baja California. Se localiza en una hermosa bahía de más de veinte kilómetros en las playas del Golfo de California o Mar de Cortés. Sus aguas son apacibles, templadas, casi cálidas, con escaso oleaje e invitan a la práctica de deportes acuáticos como la natación, el buceo, el remo, kayak o la pesca de variadas especies, en lugares como Punta Estrella, Percebú, Barco Hundido o la Roca Consag.
La zona desértica que bordea la playa tiene grandes formaciones rocosas y acantilados, en los que se puede practicar el senderismo, el ciclismo de montaña, el alpinismo o el avistamiento de aves. La zona favorita de los visitantes es el Valle de los Gigantes, en el que se pueden encontrar cuevas con pinturas rupestres.
El clima en San Felipe es muy benigno, cálido durante todo el año y sumamente caluroso en el verano, con pocas lluvias. Se recomienda llevar ropa fresca en los recorridos e ir ligeros de equipaje. A lo largo de los recorridos turísticos en San Felipe hay trailers-parks y áreas para acampar, con precios módicos.
La infraestructura turística de San Felipe está en desarrollo; la oferta hotelera y restaurantera es corta, pero con variedad de categorías y precios.
En su pintoresca comunidad, San Felipe conserva su sabor de puerto pesquero, aunque cada vez hay un número mayor de servicios para los visitantes, como tiendas de artesanías, comercios, expendios de conveniencia, terminal de autobuses, cajeros automáticos, etcétera.
Durante los últimos años, y al parejo del crecimiento del turismo, San Felipe se ha posicionado como el lugar ideal para la práctica de las competencias off road, las carreras fuera de camino o campo traviesa. La más famosa de ellas es la Score San Felipe 250, en la que compiten vehículos y pilotos llegados de todos los continentes.
El Festival de Camarón es un evento anual que convoca a miles de turistas de México y el extranjero en San Felipe. Es una gran muestra gastronómica con platillos realizados a base de las distintas especies marinas de la región.
Su situación geográfica, a unos 200 kilómetros de la frontera con los Estados Unidos, lo convierte en una alternativa muy atractiva de descanso o aventura para los turistas de México y los Estados Unidos.
San Quintín, por su parte, es una pequeña comunidad costera bajacaliforniana sobre las aguas del Océano Pacífico. Se localiza a unas cinco horas de la ciudad de Mexicali, capital de Baja California. Es una punta, con aguas hacia el océano y hacia la bahía que forman la misma punta y la masa continental; una población pesquera de una gran riqueza y variedad ecológica.
Además de la belleza de sus playas, impetuosas y abiertas frente al océano, tranquilas y amigables en la bahía, San Quintín cuenta con fértil valle y con el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, que comprende altos picos, entre los que destaca el Picacho del Diablo, la montaña más alta de toda la península, con 3 100 metros sobre el nivel del mar.
En las playas de San Quintín se practican principalmente el buceo y la pesca deportiva, mientras que el parque nacional es ideal para la práctica del senderismo, el avistamiento de aves, el alpinismo, la bicicleta de montaña, el campismo, etc. Además de las excelentes condiciones naturales para ello, hay un gran número de facilidades para los turistas que quieran practicarlo.
En la Sierra de San Pedro Mártir, precisamente en el cerro de la Cúpula está el Observatorio Astronómico Nacional, un lugar de gran interés que puede visitarse. También para ser visitada, en las cercanías del parque nacional está la enigmática Misión de Santo Domingo de la Frontera. Otro tesoro poco conocido de Baja California.
A unos cuarenta kilómetros al sur de San Quintín se localiza La Lobera. Es un impresionante cráter que ha servido de refugio durante siglos a los lobos marinos. Es un santuario natural para una extensa colonia de lobos marinos, que pueden ser admirados desde las alturas, a simple vista, en las orillas del cráter.