Por Solin Carmona

Conocer el Puerto de Veracruz es una experiencia magnifica, sobre todos por su comida, desayunar en la tradicional cafetería  “La Parroquia” pude ser una gran opción para quien gusta de un café lechero, si no te gusta el ruido y el bullicio que existe en el lugar está la opción de conocer “Los Farolitos” un restaurante muy cerca de los portales que refleja lo mejor de la comida veracruzana a un precio accesible, te aseguro que probarás la mejor comida típica y no olvides pedir un atole de coco que te llevará a la gloria mientras los grupos y cantantes ambulantes se acercan a brindarte con su música la mejor de las sensaciones veracruzanas.

 

El puerto Jarocho está lleno de vida y es excelente para pasar un buen momento en sus playas o participando en las atracciones acuáticas del lugar mientras comes una gran variedad de platillos del mar en los múltiples restaurantes de la costa.

El recorrido por el acuario es para recordarlo toda la vida y conocer el zócalo es mejor comiendo una nieve del güero güera.

 

Mi visita se volvió especial al conocer la historia de la marina en México en el museo Naval Mexicano, construido en lo que fue la escuela naval militar donde defendieron nuestra patria contra la invasión norteamericana en 1914, es un lugar lleno de tecnología al servicio de nuestro país un museo interactivo que no puede faltar en tu visita la puerto.

 

Me despido de Veracruz con las palabras de Agustín Lara  “Algún día hasta tus playas lejanas tendré que volver”.