Cosmopolita y desafiante, contrastante y frenético, complejo y excitante, agresivo y sensible, ancestral y moderno, el Distrito Federal es uno de los centros del mundo. Multirracial, multicultural, multifacético, multinacional, multi…plural. La vibrante vida de esta megalópolis seduce a quienes la habitan y la visitan; todos los gustos y aficiones, pasiones y debilidades, aquí tienen respuesta.

Se divide en 16 delegaciones, cada una de las cuales encierra sus propios tesoros, secretos y encanto y que, en conjunto, forman uno de los núcleos urbanos más grandes e importantes del mundo.

Es un laberinto de asfalto en el que viven, sobreviven y conviven millones de personas que se dan tiempo y espacio para abrazar a sus visitantes;  es la Gran Tenochtitlán y el mundo post-moderno, Frida y el barroco, Chapultepec y La Villa, el Zócalo y el Azteca, las iglesias y los antros, la luz y la sombra. Varios mundos en uno solo, es el D. F., el fascinante rostro urbano del realismo mágico.