Toniná

El significado de este asentamiento prehispánico es “Casa Grande de Piedra”.  Es posible observar a sus alrededores edificios como el Palacio del Inframundo, el Templo de las Grecas, el juego de pelota y el altar de los sacrificios.

Para acceder a Toniná debes recorrer 10 km de al nororiente de Ocosingo, ubicada a 86 km de San Cristóbal de las Casas por la Carretera estatal 199, y a 103 km de Palenque por la misma carretera.

Toniná es una hermosa representación estética de aquellas arquitecturas prehispánicas de los pueblos que la han habitado como: Arquitectura olmeca, Arquitectura maya, Arquitectura teotihuacana y Arquitectura tolteca. Algunos de los elementos arquitectónicos a destacar son, por ejemplo, los cubrimientos a dos vertientes en forma de triángulo isósceles, un dique con forma de caracol de guerra sobre un arroyo afluente del río Usumacinta en la Selva Lacandona y un total de 37 piezas escultóricas. Este sitio arqueológico presenta una tradición escultórica de características principalmente de la cultura Maya; cuenta también con magníficos altorrelieves en piedra y estuco.

Cultural, Arte, Tradiciones y Folklore

San Cristóbal de las Casas ha sido a lo largo de su historia, y lo sigue siendo ahora, un núcleo de comunidades indígenas. Gran parte de su encanto radica en la presencia viva de las culturas y tradiciones de los pueblos originarios. Muchas de ellas están presentes en sus artesanías. Hay hermosos bordados, talabartería, cerámica, ebanistería, herrería, ámbar, alfarería, etcétera.

A unos cuantos kilómetros del centro de San Cristóbal de las Casas está el pueblo de San Juan Chamula, una comunidad que ha mantenido vivas sus tradiciones, usos y costumbres, a pesar de ser motivo de gran interés y visita de miles de turistas. Su templo de San Juan Bautista es una impresionante muestra del sincretismo religioso y de la riqueza espiritual de la comunidad.

También cerca de San Cristóbal está el pueblo de Zinacantán que, de igual manera, conserva con celo sus costumbres, tradiciones y trabajos artesanales que se pueden admirar en toda la comunidad y, especialmente, al interior del templo de San Lorenzo. 

San Cristóbal de las Casas es una de las primeras poblaciones que los españoles crearon en el continente americano. En 1528, el capitán general y teniente gobernador Diego de Mazariegos y Porres funda la Villa Real de Chiapa, como capital de la provincia de Chiapa; pocos años después, el sacerdote y fraile dominico Fray Bartolomé de las Casas se convierte en el primer obispo de Chiapa y se traslada a esta población, ya convertida en la Ciudad Real de Chiapa, que comenzaba a escribir su bella historia.

Cada edificio, monumento, plaza, calle de San Cristóbal es un testigo vivo de esa historia. En la Plaza Principal, siempre reluciente, se encuentra la Catedral de San Cristóbal, imagen emblemática de la ciudad, con su hermosa fachada barroca mexicana y su esplendoroso interior; el templo y exconvento de Santo Domingo es uno de los conjuntos arquitectónicos más notables de toda la región y posee retablos barrocos de impresionante belleza.  

No son los únicos ejemplos brillantes del arte eclesial. Están los templos de La Caridad, de La Merced, Del Carmen, con su hermoso arco; Del Calvario, de San Nicolás, etc., cada uno de los cuales tienen un valor singular y causan admiración.

En cuanto a arquitectura civil son notables sus plazas, parques, monumentos y el Palacio Municipal, la Casa de la Sirena, la Casa Utrilla, la del Capitán Diego de Mazariegos, la Casa del Congreso, La Enseñanza, o sus fascinantes museos, como el de las Culturas Populares, de Historia y Curiosidades de Chiapas, del Ámbar, de Medicina Maya, del Jade, o el famoso Museo Na-Bolom, fundado por Franz Blom y Gertrudis Duby con su impresionante colección textil y su biblioteca con más de diez mil volúmenes sobre Chiapas que, sin embargo, no son suficientes para contar las grandezas de esta región. 

Pueblo Mágico

Entre las muchas distinciones que ha recibido San Cristóbal de las Casas está la designación como Pueblo Mágico de México y, poco tiempo después, se le comenzó a llamar el Más Mágico de los Pueblos Mágicos. Esto bastaría para dar una idea de su encanto.

Los reconocimientos a la ciudad son una forma de distinguir su riqueza histórica, belleza arquitectónica, armonía con la naturaleza, entrañable ambiente, hospitalidad de sus habitantes, etc. A ello aúna su talento artesanal, rica gastronomía, historias, leyendas, costumbres, etc. para crear una atmósfera fascinante, que da vida a una sólida y creciente infraestructura turística, que permite el mejor disfrute de esta ciudad de glorioso pasado y brillante presente.